Autor: Claudia Canales
Todos sabemos que nuestra forma de actuar y hablar puede proporcionar una excelente imagen de nosotros o todo lo contrario.
Los invito a que cuidemos entonces esos pequeños detalles que pueden afectar la buena imagen que deseamos tener ante los demás.
Llamadas telefónicas
Como lo comentamos en el artículo del uso del celular, el el teléfono siempre deberá utilizarse en forma privada, breve y correcta, con amabilidad y buen tono de voz, evitando alzar la voz.
Procuremos al recibir una llamada disculparnos con las personas que se encuentran reunidas con nosotros y realicemos nuestra llamada en forma privada para evitar cualquier indiscreción. Si nosotros no somos quien recibimos la llamada y la persona no se retira, podremos hacerlo nosotros y regresar cuando haya finalizado.
Si nos comprometemos a realizar alguna llamada a cierta hora deberemos ser puntuales. No es correcto dejar a las personas esperando.
Evitemos alargar las conversaciones telefónicas: alguien podría querer comunicarse con nosotros por algún motivo urgente y así les será imposible hacerlo.
Las llamadas telefónicas se finalizan con una despedida cordial, no con el llamado bocinazo: éste es un acto agresivo, molesto, descortés. Asimismo, es muy desagradable dejar a las personas esperando en la línea o decirles que en unos minutos volveremos a llamarlas y en efecto hacerlo, pero horas después. En estos casos es posible que les hagamos perder el tiempo mientras esperan nuestra llamada.
Si se tienen grandes deseos de conversar con la otra persona, mejor invitémosla a tomar un café y disfrutemos de su amable compañía y un rato agradable y ameno.
Las quejas
Existen personas que gustan de quejarse o lamentarse de todo lo que sucede en sus vidas o lo que les rodea, lo cual las vuelve personas non gratas. Evitemos convertirnos en personas que no sepamos agradecer y disfrutar de todas las cosas bellas que nos da la vida.
Seamos positivos y compartamos mejor nuestros mejores momentos.
El egoísmo
Es el inmoderado amor a sí mismo. Esta actitud es muy perjudicial para la buena imagen y reputación de cualquier persona.
Como buenos seres humanos debemos pensar también en los demás, no solamente en nosotros mismos o en lo que queremos para nosotros. Recordemos que ser personas ególatras daña y perjudica no sólo nuestra buena imagen, sino que también perjudica a quienes nos rodean.