¡Hola, Rebeca! Tengo un bebé de unos meses. Mi esposo y yo teníamos mucha ilusión de ser papás, pero ahora que ya está con nosotros él se ha portado distante, no se involucra en el cuidado del recién nacido y busca cualquier pretexto para decir que ya no le hago caso. ¿Es normal? Lorena.
¡Hola, Lorena! Existen etapas muy marcadas por las que atraviesa la relación de un recién nacido tanto con su mamá como con su papá. Por supuesto, la llegada del primer bebé genera muchos cambios en la pareja, a pesar de que se tenga un gran amor y haya deseado con todo su corazón la paternidad.
La primera etapa es muy corta y en ella se establece una comunicación casi exclusiva entre la mamá y el bebé, parecería que no existe nadie más en el mundo que ustedes dos, como si fueran uno solo: te pasas horas viéndolo, acariciándolo, pensando en lo frágil que es y en los planes que tienes para él cuando sea grande. Generalmente en este momento el papá hace muchos esfuerzos por llamar tu atención y tú ni siquiera lo percibes.
Después empieza otro momento, cuando el bebé se da cuenta que tú y él son personas diferentes y recuerdas que hay otras personas alrededor de ustedes; volteas a ver a tu marido y te quieres partir en dos: darle atención a tu esposo y al bebé. Probablemente en este momento él esté un poco sentido y hasta celoso porque no podía entrar en ese círculo que sólo te abarcaba a ti y a tu bebé.
Lo importante es que ya te diste cuenta que el mundo sigue girando y debes retomar los otros aspectos de tu vida. Supongo que ahora te encuentras en esta etapa.
Lo importante es que ya son una familia y todos están para apoyarse, razón por la cual debes ayudar a tu esposo a recuperar ese deseo de compartir su corazón y los cuidados de su esposa con un pequeñito que ahora puede sostener en sus brazos.
Muchas mujeres dicen que les gustaría que su esposo se involucrara en los cuidados del bebé, pero en la práctica no se lo permiten. Te sugiero que tengas cuidado con esta situación y que vayas un poco más allá: enséñale cómo cargarlo, cómo sacarle el aire y dormirlo, preparar las mamilas y darle de comer (si es que han decidido dejar la lactancia), a cambiarle el pañal y hasta a bañarlo.
Es probable que tu esposo se sienta un poco inseguro, así como tú te sentiste en su momento, ya que un bebé es tan frágil que sienten que lo pueden lastimar, pero con amor y mucho cuidado se darán cuenta que ese chiquito está mejor en tus brazos y en los de él que en cualquier otro lugar. De esta manera ambos podrán convivir con su bebé y compartir los momentos de alegría y los de cansancio también. Si tienes alguna duda sobre el ser papá o mamá escríbeme a contacto@rebecavences.com. Si requieres apoyo para tratar algún problema personal o familiar solicita una cita al teléfono 317-59-17.