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La distancia no es un obstáculo

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LONDRES.- Mehran Anvari es un reconocido médico cirujano que en ocasiones no utiliza sus propias manos al operar. Ni siquiera está en el mismo lugar que el paciente. Mehran opera a personas a 400 kilometros de distancia.

El robot de Anvari, llamado Zeus, trabaja en un hospital comunitario que carece de instalaciones adecuadas y expertos propios. Pero, más allá de la ubicación, no hay muchas diferencias con los hospitales de las ciudades.

“Es lo mismo que si estuviera sentado en la sala de operaciones”, dice. “Sostengo al robot con mis manos de la misma manera que sostendría los instrumentos”, explica el médico a la BBC.

El cirujano mueve la cámara del robot que le sirve de ojos para hablar con las enfermeras que están en el quirófano junto al paciente y esperan sus instrucciones. “Básicamente, es lo mismo que si estuviera al lado del paciente, sólo que aquí utilizo las telecomunicaciones y la robótica. No se siente distinto”, confiesa.

Pequeños retrasos

Las mejoras en las líneas de telefonía fija y las conexiones de internet por cable han hecho que los retrasos en la comunicación ya no sean problema. Cuando Anvari operó a su primer grupo de pacientes, había un retraso de aproximadamente 175 milisegundos, lo cual es imperceptible. Pero con la distancia este retraso aumenta y las interrupciones ponen en riesgo la vida del paciente.

“No es realista prever que estos robots entren en el modo de piloto automático y terminen la cirugía”, advierte Tamas Heidegger, investigador de la Universidad de Obuda, en Budapest, quien estudia telecirugía espacial.

Mangai Prabakar, ingeniera en diseño de robots inteligentes de la Universidad de Florida, señala a la BBC que esto será un problema con las operaciones realizadas a grandes distancias, como en el espacio o en Marte.

“Ahí fuera se necesitarán robots que tomen decisiones durante las operaciones”, considera Prabakar.”Si tan sólo se pudiera mantener el enlace de comunicación entre la Tierra y la nave espacial, entonces podrían ser guiados por el cirujano en Tierra. Pero Marte está realmente lejos y no nos podemos comunicar a esa distancia”.Prabakar dice que para los viajes espaciales de largas distancias será necesario crear robots fiables que puedan realizar cirugías sin que el bisturí sea guiado desde la Tierra. Y para eso es imprescindible el uso de computadores extraordinariamente potentes. Después de todo, la cirugía es difícil.”Puedes tener un plan maestro e igualmente las cosas pueden salir mal”, señala Haidegger. “No podemos predecir lo que va a suceder en etapas avanzadas de la cirugía. Si la circulación sanguínea colapsa, la respiración cesa o si ocurre una reacción inesperada a los fármacos o a los productos químicos, en esos casos se necesita un cirujano entrenado en el mismo lugar”.No obstante, Haidegger cree que con el tiempo -y el aumento de demanda- surgirá un robot a control remoto mejorado con inteligencia artificial. Probablemente esa demanda vendrá tanto de la Tierra como del espacio.El aumento de los vuelos comerciales espaciales ha generado interesantes cuestionamientos respecto a las cirugías telerobóticas. Dado que personas de distintas edades y con diferentes estados de salud pueden volar con SpaceX y Virgin Galactic, la probabilidad de que alguno necesite una cirugía de emergencia durante un vuelo comercial podría aumentar.Mientras tanto, más y más médicos en la Tierra están dando una señal positiva con respecto a la utilización de la telemedicina para tratar y diagnosticar a pacientes.Para el año 2025, el Departamento de Defensa de Estados Unidos quiere tener un Trauma Pod que permita a los cirujanos realizar operaciones a soldados desplegados en el terreno.¿Esto quiere decir que en el futuro las operaciones las hará alguien desde otro hospital o incluso país o planeta? “La ciencia ya está ahí”, responde Anvari. “Son otras cosas las que nos detienen”. Como planteamientos éticos y regulaciones.En principio, la tecnología podría desatar una nueva ola de turismo médico. Los pacientes que no puedan costear los servicios en Estados Unidos podrían, por ejemplo, recurrir a cirujanos en otros países.Pero si algo sale mal, ¿quién debe ser considerado responsable? ¿Las personas que se encuentran junto al robot en la sala de operaciones o el médico que trabaja a distancia?No obstante, tal vez lo más importante sea que los pacientes se sientan cómodos con el hecho de que los opere un cirujano al que nunca le hayan visto cara a cara. ¿Dejaría que un cirujano que se encuentra a cientos de kilómetros de distancia le quite su riñón o repare su corazón? Puede ser que pronto se tenga que hacer esta pregunta.


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