Criticar es el acto de expresar juicios u opiniones negativos hacia algo o alguien.
Hacer comentarios ofensivos o agresivos sobre otra persona, su forma de vestir, hablar, vivir, pensar y trabajar, o sobre su físico será siempre inapropiado.
Para sentir el derecho de criticar o juzgar debemos ser personas expertas sobre el tema o ser perfectos, pero todos sabemos que nadie lo es.
Si deseamos brindar nuestra opinión personal procuremos hacerlo siempre con mucho tacto y prudencia, sin lastimar a los demás.
Podríamos imaginar a esa clase de personas hablando y criticando a diestra y siniestra, por ejemplo: “¡Qué horribles vestidos traen todas! Mira a Fulanita, qué fea se ve. ¡Fulanito, estás gordísimo! Qué mal luces hoy. ¡Tu atuendo está espantoso!”.
¿Creen que una persona así es alguien a quien se quiera tener como amiga o de invitada a una reunión?
Sarcasmo es una expresión irónica y cruel que se utiliza indirectamente para molestar, ofender o agredir a otra persona.
Evitemos utilizarlo; además de no ser apropiado por considerarse una falta de respeto, existen personas que no saben reconocerlo ni utilizarlo para responder.
Un ejemplo sería cuando una persona mal vestida se encuentra con alguien y éste le comenta: “Así me quisiera vestir yo para verme igual de guapa que tú”, cuando obviamente le está expresando todo lo contrario. Una persona sin malicia podría tomarlo como un cumplido, cuando en realidad es una burla.
El doble sentido lo forman aquellas frases o expresiones que tienen un significado oculto. Usualmente se hace uso de esta forma de hablar para convocar a cierto tipo de humor. En nuestro país es muy común escucharlo en todo tipo de situaciones, generalmente más relacionado con cuestiones sexuales.
Evitemos usarlo con personas que no se confíe, ni en eventos oficiales o formales.