Por: Claudia Canales
Sigamos identificando qué otras situaciones pueden afectar nuestra buena imagen ante los demás.
La hipocresía
La hipocresía es el acto de fingir ante los demás. Mentir sobre nuestras opiniones, creencias, pensamientos y verdadero sentir sobre algo o alguien y luego pensar o decir lo contrario a sus espaldas. Una persona hipócrita es aquélla que oculta sus verdaderas realidades. Demuestra ser alguien que en verdad no es, sólo aparenta serlo ante los demás para ofrecer una imagen perfecta o agradable para todos.
Una persona hipócrita en ninguna ocasión puede considerarse confiable y honrada. Se hará lo posible por evitar su presencia o comentarios. Por ejemplo, decirle a alguien: “¡Ay!, amiga, qué lindo se te ve ese vestido, pareces modelo de televisión”, y pensar en realidad: “Qué horrorosa y ridícula se ve esta mujer”, y hasta llegar a comentarlo a sus espaldas con otras personas. Si queremos evitar ser personas así, seamos consecuentes con lo que pensamos y decimos. Si algo no nos gusta, mejor nos lo guardamos para no herir susceptibilidades y tener cuidado de no decir que nos agrada sólo por quedar bien. Podríamos ser hipócritas involuntariamente en el afán de hacer un cumplido que no hay necesidad de hacer.
La mentira
Mentira es una expresión contraria a la verdad. Cuando una persona acostumbra mentir y las demás personas reconocen en ella este acto o costumbre provoca una enorme desconfianza y nula credibilidad en ella. Siempre será vergonzoso que nos consideren personas mentirosas.
Será más conveniente quedarnos callados que decir una mentira. Si una persona se encuentra hablando, dice alguna mentira y se le desea corregir, lo prudente será iniciar con una frase como: “Disculpe, pero yo tengo entendido que esto no es precisamente así; yo había escuchado que era diferente”. “Puedo estar equivocado, pero tenía entendido que era distinto…”.
Nunca le digamos: “No es verdad, no es cierto, es mentira” o “Eres un mentiroso, no es así”. En ninguna situación corrijamos de esta manera, tan ofensiva, a un interlocutor. Procuremos corregir con sutileza y amabilidad, evitando hacerlo quedar mal o como un mentiroso ante los demás o, lo que es peor, en ridículo. Desafortunadamente todos en algún momento solemos mentir por un motivo u otro. Procuremos no hacerlo, será mejor quedarnos callados.
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